jueves, 20 de noviembre de 2025

Asco (sonría después de haber "gosado"!)



De un tiempo a esta parte siento, padezco, mejor dicho, un atroz, profundo y pertinaz asco. Y me inquieta, me preocupa.
Podría parecer una cosa menor, una cosa circunstancial, pasajera, un "si es / no es", un asquito, un ligero repelús, pero no, la cosa tiene toda la pinta de ser más grave.

Desconozco su origen o procedencia, pero no se deriva o la ocasiona, estoy convencido, un hecho concreto y puntual.

Es una repugnancia discrecional, ambiental, que se fundamenta y toma cuerpo, volumen, a partir de pequeños asquitos, intrascendentes, menores, pero que sumados adquieren la condición desagradable, la naturaleza, de molestar, de, en una palabra, de asquear honda y profusamente.

Y esas pequeñas, minúsculas, imperceptibles, tomas o muestras, nacen, aquí o allá, en la contemplación casi, sin querer, de un programa de tv, por ejemplo, donde personajes sin interés y sin mérito ocupan la pantalla degradando con su presencia la utilidad del medio.

Curioseando el vídeo promocional, de una imbécil en pilota picada, es transportada sobre una gran bola metálica de demolición refregándose la pechuga, como si con ese acto, fuera a salvar el mundo.

O escuchando, accidentalmente, la enésima solemne rueda de prensa o declaración de un político indeterminado. Da igual la adscripción partidista. Su desfachatez e incompetencia los iguala, hasta el punto, de ser intercambiables.

Presenciando el entusiasmo que despiertan los jugadores de fútbol, unos privilegiados, ágrafos todos, incultos masterizados, que no servirían para el noble oficio de reponedores de supermercado y que delante de una audiencia internacional, no articulan cuatro palabras en inglés, como hiciera, gloriosamente, Garci, agradeciendo la distinción o premio.

En fin, la lista se haría interminable.

El problema se complica pues el tratamiento de esta curación como la odontología, no lo cubre la medicina estatal.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario