viernes, 28 de noviembre de 2025

Unidades de gigantescas manos con incontables dedos

 

Mambo Jazz

Adoro la música. 
No; la música, en general, es el Gran Continente; siendo, los países, sus diferentes géneros, y, los interpretes constituirían, titulando en orden a su importancia y renombre: sus capitales, ciudades y pueblos. 
Y aún, diseminadas, minúsculas y recónditas aldeas. 
No. 
Amo, por tanto, las canciones. 


Billy Taylor Trio - Mambo Inn

Las canciones resultarían, entonces, las casas: humildes, acogedoras, obradas con escasez de elementos, sobrias, ejemplo de voluntariedad; con su particular y oculta historia, sencillas, breves de tamaño, dignas, instaladas en la frontera de dos estados, siendo difíciles de ubicar / catalogar, fácilmente comprensibles o enigmáticas, requiriendo procesos más costosos, como situadas en lugares apartados, de empinadas cuestas y carreteras zigzagueantes; o muy ricas y ostentosas, resplandecientes, elegantes, extensas, profundas, colaborando en su construcción un sinfín de componentes y hasta diseñadas con un arquitecto / director.


Francisco Dia et son orchestre - Deux corps sur la plage 

Las conozco, las visito, asiduamente, y, vuelvo a ellas cuando siento su urgente necesidad.

Todas, preferencias aparte, me son útiles, con aportaciones únicas, diferentes, y ninguna me sustituye a otra. Son como unidades de gigantescas manos con incontables dedos que, todos te fueran necesarios, y, quisieras por igual. 
(La imagen es poco acertada sobre todo porque no encontrarías guantes tono pastel, y, menos, de ese modelo). 
Fulgen.

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