miércoles, 26 de noviembre de 2025

Es una lata, el trabajar - Servicios de uso general para paseantes

 

Several Shades Of Jade

A los que desempeñamos un trabajo marginal, con la calle como inhóspito escenario, a veces, nos sería más fácil aligerarnos sexualmente que, como escribiera Alvaro de Laiglesia, echar una larga y cálida meada.
Frecuentamos ciertas cafeterías con asiduidad, siendo tolerados, y conocemos hoteles de fácil acceso, donde colarse, y, disfrutar del alto standing de un 5 estrellas, (pena da, embadurnarlo) pero, precisamente, porque te ven venir (y salir), te revienta, que, sin atreverse a decirte ni pío, piensen: mira, ya está éste por aquí, otra vez, a cambiarle el agua a las aceitunas.
Desahogarte en cualquier bar es lo más socorrido, pero resulta un contrasentido entrar a repostar líquido, si lo que urge, sea, precisamente, soltarlo.
Si no me canso de repetirlo: tu no puedes tomar líquido si tienes ganas de orinar.



Ahora, afloran en la entrada de tascas y baretos, carteles, reservando los servicios exclusivamente para clientes; haciéndose preceptiva, por tanto, la consumición, y, anda el personal, con la vejiga a reventar, reacios, descolocados, al enfrentarse a esa tremenda disyuntiva.

Extinguidos los viejos urinarios, donde habías de vigilar el mandao, si no querías que una mano ajena te lo sujetara, y, sin una política municipal de instalación de cabinas urbanas higiénicas,

Horace Silver - The Tokyo Blues

(Foto robada en los Campos Elíseos, y, no es coña, en misión especial por un asunto de faldas, escabroso, donde se ponen a prueba los bajos instintos del ser humano, en medio de una tórrida pasión que a buen seguro no interesa a nadie y tal..)

aquí hay negocio, (y alivio al paro), con una regulación nueva, revolucionaria, autorizando mingitorios como servicio público, pero regentados por particulares, a la manera de los moribundos locutorios, pero pulcros, perfumados, sanitizados, con una encargada al frente, luciendo delantal y una pechera de antigua carnicera, y donde sea obligatorio dejar una moneda a cambio de consumir nada. 

Fulgen.

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