domingo, 23 de noviembre de 2025

Es una lata, el trabajar: Bienvenidos a la Sixth Dimension

 

Sabu In Orbit

Adolfo, nuestro conserje (portero es un grado menos en su escala laboral) es simpático, eficiente y gay. El orden es aleatorio. 
(Ahora, que el trabajo se hace tan preciado, hay encubierta una campaña, generalizada, para eliminar este puesto. Con lo cual, los cesantes por jubilación, rara vez son reemplazados por jóvenes dispuestos a recoger el testigo del mocho, la bayeta y la escoba).
Es el alma de la finca. Y se aprecia, aún más, en vacaciones, cuando no está. 
Educado, ágil, alegre, siempre solícito, es fuente permanente de noticias y depositario de privilegiada información. 
Transmite su presencia, con ese don (encanto, sex-appeil) que algunas personas atesoran, un efecto estimulante y, contagia, a la entrada, de una actividad y nervio, propio de un edificio donde se sustanciara algo de mayor calado. De más importancia y categoría.
Entiendo a los propietarios que, en aras de la rentabilidad, quieran reducir gastos (ajustar costos) pero, a este paso, nos vamos a cargar la economía, y, nos quedaremos, lo que es peor, sin "glamour".
(Las nuevas generaciones que desconozcan la introducción del clásico "Platero Y Yo" de Juan Ramón Jiménez, pueden ahorrársela, es clavada, pero con burrito de protagonista.) 

Fulgen.

sábado, 22 de noviembre de 2025

Es una lata, el trabajar - Un Stan Getz más ancho que largo

Stan Getz at Large

Les presento a nuestros vecinos. 
Como suele ser habitual, sólo el entresuelo y el principal desarrollan actividad comercial / mercantil, (a más altura, menos público accede ). 
El resto de plantas permanece ocupado por los escasos integrantes que van quedando, obstinadamente, de familias de toda la vida
Una escuela de peluquería practica la enseñanza, y, la gratuidad, en la primera planta (las aprendizas no cobran por sus servicios a cambio de su aprendidaje), y, justo enfrente, al otro lado del ascensor, unas personas, de esas, "que tú, nunca lo dirías", atienden, con toda la discreción y reserva, el terminal de una linea erótica / caliente.

(En algún sitio habrían de ubicarse para cumplir esa función social. No se que sucedería con la cantidad de paranoicos que pululan si además fueran salidos. Sorry).



Son gente normal como tu, o, como yo, pero claro, tienen que aguantar lo que no está escrito. Es un trabajo, si se le puede llamar así, muy desagradable por su parte, pues, como es fácilmente entendible, aunque, sean eje fundamental del proceso, y, el alma viva del negocio, no participan para nada de lo que allí se cuece. Ya me dirás! Es muy fuerte! 

Al principio, les produce ansiedad y trastornos. 

Me confesaba, tomando café, una telefonista veterana que me conoce y, sabe, que ambos compartimos oficios degradantes, que ella, hasta que no llega a su casa, se ducha, y se cambia de ropa de arriba abajo, no se libera de la contaminación estática que le produce estar al teléfono. 

Suerte que el cuerpo genera autodefensas, y, con el paso del tiempo, mientras complacen las solicitudes más vergonzantes de su interlocutor / cliente, lo simultanean con alguna otra distracción paralela. 
Hay quien aprovecha para estudiar, simplemente leer, o pintarse las uñas; aunque ella, prefiera, evadirse, haciendo punto. Le  quedan unos jerseys tristes, apagados, insulsos, con un aire indisimulable de melancolía.
Fulgen.

viernes, 21 de noviembre de 2025

The Midnight Sun hay dos; la pelada y ésta.

 

4 Canciones

En el rellano del principal, (nuestro destino) una lámpara auténtica de cuadro de Gioconda falso, da vida al anagrama con nuestro nombre, avisando que ya has llegao.

Una sala de espera, ni grande ni pequeña, con un sofá de sky, (de color aún para catalogar), pero que ya vuelve a estar de moda, ("es lo último,") nos recibe como antesala a dos puertas, de dos despachos gemelos, con balcón a la calle, imprescindible; tan parejos, que da la sensación que un espejo corriente, los repitiera, duplicandolos.

De elementos decorativos andamos flojos. 
Una foto de una cabina telefónica londinense, acompaña, en la entrada, a un galán de noche, que hace todos los turnos, recogiendo, fiel testigo del tiempo, objetos olvidados por los clientes, y, ya tenemos: el indispensable sombrero, dos boinas, (capadas), de paraguas, ya hemos rebasao la media docena, una fiambrera, un pay-pay, un cardigan, una tabla de surf, unas bolas chinas, y, un estetoscopio, más un silbato de árbitro de 3ª Regional descendido, formando un conjunto que transmite al rincón, un aire colorista y "divertido", como adjetivan aquellos que, en una mezcla de ignorancia, y, dejadez, califican los más dispares asuntos con este único título. 
Fulgen.

jueves, 20 de noviembre de 2025

Asco (sonría después de haber "gosado"!)



De un tiempo a esta parte siento, padezco, mejor dicho, un atroz, profundo y pertinaz asco. Y me inquieta, me preocupa.
Podría parecer una cosa menor, una cosa circunstancial, pasajera, un "si es / no es", un asquito, un ligero repelús, pero no, la cosa tiene toda la pinta de ser más grave.

Desconozco su origen o procedencia, pero no se deriva o la ocasiona, estoy convencido, un hecho concreto y puntual.

Es una repugnancia discrecional, ambiental, que se fundamenta y toma cuerpo, volumen, a partir de pequeños asquitos, intrascendentes, menores, pero que sumados adquieren la condición desagradable, la naturaleza, de molestar, de, en una palabra, de asquear honda y profusamente.

Y esas pequeñas, minúsculas, imperceptibles, tomas o muestras, nacen, aquí o allá, en la contemplación casi, sin querer, de un programa de tv, por ejemplo, donde personajes sin interés y sin mérito ocupan la pantalla degradando con su presencia la utilidad del medio.

Curioseando el vídeo promocional, de una imbécil en pilota picada, es transportada sobre una gran bola metálica de demolición refregándose la pechuga, como si con ese acto, fuera a salvar el mundo.

O escuchando, accidentalmente, la enésima solemne rueda de prensa o declaración de un político indeterminado. Da igual la adscripción partidista. Su desfachatez e incompetencia los iguala, hasta el punto, de ser intercambiables.

Presenciando el entusiasmo que despiertan los jugadores de fútbol, unos privilegiados, ágrafos todos, incultos masterizados, que no servirían para el noble oficio de reponedores de supermercado y que delante de una audiencia internacional, no articulan cuatro palabras en inglés, como hiciera, gloriosamente, Garci, agradeciendo la distinción o premio.

En fin, la lista se haría interminable.

El problema se complica pues el tratamiento de esta curación como la odontología, no lo cubre la medicina estatal.

 

miércoles, 19 de noviembre de 2025

Descripciones orquestales en la Comunidad, que a nada conllevan, pero, oye tú, de menos nos hizo Dios!

 

Saturday Afternoon Jazz

El hall, sobrio pero amplio, da cabida en su centro a la garita de Adolfo, nuestro conserje, (es, naturalmente, peluquero, reciclao) y, se despliega, en dos distribuidores como añadidos a posta, desde donde nacen, cada una de las dos escaleras independientes (contiguas) con su correspondiente ascensor antiguo.

Es un despacho tipo, y, cuando lo visitas por primera vez, tienes ya la sensación de conocerlo previamente, de haber estado allí. Resulta familiar.

Se asemeja, (como sucede, a veces, con las personas, lugares, o paisajes), a otros, de similar distribución, de fincas parecidas, hermanadas por enclave y época, confirmando que la moda en el diseño se extiende, también, a la construcción, (todo es fruto de su tiempo), y, te lo recuerda el haber pisado, en anterior ocasión, idénticas baldosas con olvidado motivo, que, se yo; en busca de consejo médico, asesoría de abogado, consulta sentimental, o, cualquier otro asunto diverso, que no identificas, excepto, que su final acabara con el abono obligado de una factura.

(Presento esta larga descripción consciente de que ya no se llevan. La gente quiere acción, sangre, tiros, traqueteo (sexo, preferiblemente), ya, en el primer párrafo. Ejemplo: Subí la escalera, echando ostias, sin esperar al ascensor,  desabrochandome la bragueta, pues me acababa de mensajear, vía movil, que, por fín, estaba sola, despachurrada en la cama, esperandome...) 
Fulgen.