viernes, 12 de diciembre de 2025

Ya nadie se mea de la risa



De aquellos tiempos malos para la lírica hemos evolucionado, progresado, y ya lo son también para la risa. Al menos la risa esa fácil, hortera, como enlatada que nos ha acompañado a lo largo y ancho de estos últimos tiempos. 
El humor no goza de buena salud y como resultado se impone una seriedad de hielo, rígida, como un corsé que nos atenaza imponiendo un autocontrol en las relaciones con nuestros semejantes.

Por tanto, como consecuencia, siguiendo con el analisis de la crisis, han desaparecido esos dúos o tríos humoristicos, populares formaciones que amenizaron nuestros domingos televisivos y las grandes noches de Fin de lo que fuera. 
Y por inanición hemos matado al chiste, el elemento coadyuvante (no se me ocurre ninguna otra palabra), indispensable, para que el mecanismo funcionara.
Ya ese recurso ramplón está cancelado, pasando, afortunadamente, a mejor vida.


Hoy en día aquella legión de cuenta-chistes con boina o si ella, que con sus actuaciones causaban vergüenza ajena, se ha extinguido y son sus herederos, los actuales monologuistas, que no inmunes al virus de los tiempos, van perdiendo fuerza, presencia y cuota de mercado.

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