Más allá de los gustos personales y su diversidad de preferencias, existe un denominador común que nos iguala: la susceptibilidad al impacto y la inmediata respuesta a los mensajes del mundo de la imagen. Como ciertos animales que un determinado color los altera, nosotros, también, reaccionamos, instintivamente, ante todo aquello que entra por nuestros ojos. De ahí que nuestras abuelas sentenciaran que "comíamos con la vista", refiriéndose a que la presencia cuenta, y regula el consumo.
Luego vino lo de una imagen vale más que mil palabras y en esas estamos. Ahí nos hemos quedado.
La fuerza de las imágenes, el realismo gráfico, el free noseque, todo eso y mucho más, para venir a resaltar la importancia de vestir el muñeco, o desnudarlo, que también tiene su opción, pero en definitiva, salvar los muebles, abrazarnos a la estética pues si bien no nos hará libres, al menos nos mantendrá aseados, reconocibles. Homologados.
La estética, solo ella, y toda su belicosa farmacopea en defensa del fin último, acertar en el mensaje, clavarlo, con nitidez y precisión. De ahí, que haya elegido la impactante portada de la cabecera para abrir boca y post.
La presentación, la funda, el exterior, es más que una parte importante del contenido, es su prolongación. Ésta acaba, completa y rubrica, la finitud del producto. Por mi parte, sería incapaz de adquirir un trabajo musical donde en su portada apareciera, pongamos por caso, un pollo sin su cabeza, cortada tras un reguero de sangre. Perdonen el ejemplo. Eso me haría pensar que nada me podría unir con su interior y despreciarlo aún sin conocerlo.
Todo esta larga y espero que no pesada introducción sirve para presentar el libro recomendado de hoy, y viene a cuento, por contar con numerosas ediciones, pero con portadas, todas ellas,
tristes y poco atractivas si de lo que reforzar su contenido se trata.
Elijo ésta, una de las primeras que bien pensado y analizando las posteriores las aventaja, grandemente, por su aire retro y claridad del mensaje.
Hay algo en estos manuales que en su encabezamiento los hace merecedores de una cierta desconfianza, y es el auto bombo, pero salvado esta publicidad de feria, nos encontramos ante un libro de auto ayuda, de lectura recomendada incluso para los que su vida, en un acoplamiento perfecto, no supone ningún esfuerzo añadido y, sin distorsiones, discurre con la normalidad y monotonía de un río de placida corriente.
En otro orden cosas...
A pesar de todo, un hervidero de inquietudes devora al personal que se traduce en continuas iniciativas en favor de causas, al parecer, peregrinas, variopintas, o no tanto, (todo es relativo), que va cambiando, redecorando, nuestro entorno, haciéndolo más europeísta, moderno y respirable.
La gente está activa, nerviosa, excitada. Mi contribución al momento, es estética. Me propongo cambiar la antigua imagen de la botella medio llena o medio vacía, para definir un estado de ánimo, una manera de ser, la personalidad, en suma, por ésta nueva forma de realizar un test de nuestra actitud ante el mundo; ahí va:
siguiendo esta foto, usted diría que se las está poniendo o quitando. La respuesta revelará toda una manera de ser y material suficiente para completar una sesión psicológica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario