Un espacio inútil / intrascendente, para no iniciados, donde aparecerán canciones / películas antiguas que poco o nada interesan, y, pobrecitas, ¡que pena! hayan acabado aquí.
sábado, 16 de noviembre de 2024
Carta del Redactor / Turismo cósmico
jueves, 31 de octubre de 2024
Carta del Redactor / Desmontando a Allen
Alfredo & His Band - Puttin' On The Ritz
Alfredo & His Band - Lila
Da la sensación, tratándose de personajes con clara actividad intelectual, transpiran poco, por tanto, de una o dos duchas semanales, o a mi, me lo parece. Es decir, no hay escenas de ducha en sus películas; se diría que los actores acuden al set ya aseados.
Nadie como WA ha normalizado, tan bien, la psicología y la psiquiatría. Sus personajes confiesan a las primeras de cambio estar en tratamiento y se instalan en el diván, con la naturalidad de acudir al callista.
Hay que tres pilares básicos que conforman el cine de Allen. La elección de las canciones que acompañan la historia, fijándola, sellándola, y la contratación de los actores y actrices más sobresalientes del momento. Hubo un tiempo donde participar en una pelicula suya era una forma de consagración. No eras nadie, en el show business, si no aparecías en alguna de sus producciones.
El otro es el sexo. La sexualidad aparece en sus cintas como motor de su obra. Lo trata porque sabe que es un tema que funciona, que al público le interesa. Se diría, de todos modos, que sus hombres acuden a él, para reafirmar su masculinidad, como un sucedaneo del cariño, por una notoria falta de afecto, en un imposible viaje woodyliniano de retorno al útero materno.
Carta del Redactor / Rowan & Paquita
En el Siglo pasado, para incentivar las capacidades humanas aplicadas a la Empresa, estuvo de moda, periodicamente, un ejemplo de iniciativa y efectividad representado en la figura de un soldado semi desconocido, (Rowan) sin rasgos sobresalientes, pionero de los actuales repartidores, capaz de entregar un mensaje a García; General insurrecto, con ubicación desconocida y en medio de una contienda guerrera desarrollada en la sierra Cubana para mayor dramatismo. En aquel tiempo, sin movil y por tanto sin GPS, como es fácilmente comprensible.
Los candidatos requeridos, los más buscados, los hombres del momento -era un mundo de after shave y cazalla- tenían que ser, siguiendo este patrón de Elbert Hubbard, disciplinados, eficientes, resolutivos. Que sintetizaran, en una palabra, ese espíritu.
Guardando las distancias y en una coyuntura diferente, propongo un ejemplo, para futuras generaciones, como emblema, esta vez, de racionalidad.
Sucede que en un despacho arquitectónico y de diseño de interiores, tan estrictos, tan puntillosos, con los milimetros, los números y sus decimales, han hallado un contrapunto a la Ley, la norma, la regla, y en determinadas circunstancias, tratándose de soluciones menores, consultando y tomando en consideración lo que opine la señora de la limpieza, Paquita.
Es decir a esa verdad teórica, cartesiana, geométrica le aplican la regla del nueve, enfrentandola con la cruda realidad del destinatario final, el usuario.Ahora para describir lo sencillo y directo, lo práctico y confortable se recomienda lo que elegiría Paquita.
Carta del Redactor / No es otro más anuncio de autos
Perlita de Huelva - Amigo Conductor
A poco que te desplaces por nuesta variopinta geografía, si todavía tienes el buen gusto de preferir una conducción pausada o tus obligaciones te lo permiten, habrás observado, facilmente, que próximo a la carretera Nacional o Comarcal de cualquier zona, la existencia de restos esparcidos, cubículos ruinosos, antiguos edicios, viviendas o locales de negocio, abandonados, que el tiempo y la dejadez han convertido en esqueletos de hormigón y poco más.
Estructuras varadas, chillidas sin alma, inútil paisagem, en un burdo homenaje al heredado legado romano.
Ya tenemos para contabilizar junto con la contaminación lìquida y gaseosa, otra sólida, visual, que no se la salta un payo. Lo cual demuestra nuestra capacidad humana para generar todas las formas posibles de residuos, de basura. Aquí y en el espacio. Es extraordinaria. Donde quiera que vaya. Por Tierra, Mar o Aire.
André Verchuren et son orchestre / S. Llaurens - Il pleut sur la route
Y se cuantifica esa efectividad, examinando la que depositamos particularmente, dia tras dia, semana a semana, mes a mes, en nuestro contenedor de zona de la esquina.
Volviendo al tema gordo de la cosa, aquí si veo yo que la Administacción debería tomar cartas en el asunto y hacer extensiva una ITE (Inspección Técnica de Edificios) rural, campestre, ejecutada por servidores públicos con uniforme teja de pantalón corto, obligando a los propietarios a mantener esos cachivaches en buen estado o que los quiten.
Con su demolición, no íbamos a perder gran cosa dada la poesía y grafitis que exponen: "Amo a Lola", penes y corazones.
miércoles, 30 de octubre de 2024
Carta del Redactor / El Limpio, El Sucio y El Mago
Adrentarse en aquel desaparecido túnel de lavado era introdudirse en un mundo paralelo de fantasía donde las escobas, balletas y fregonas cobrasen, por si mismas, vida. Llamaba la atención lo ordenado y limpio que estaba. Un espacio, se diría concebido para cualquier actividad más elitista, menos prosaica. Tanta pulcritud era contagiosa, convidaba a más, y te venían ganas casi de ducharte otra vez, para no desentonar con su entorno inmaculado.
(En esto de la limpieza siempre hay quien te lleva la delantera: en no se que pais no hay papeleras. Sus habitantes recogen su basura en bolsas propias y las vacían de regreso en su casas. El resultado es que no hay un papel ni una colilla, por supuesto, en el suelo.)
Bien, completemos el recorrido del túnel. Sabías a lo que ibas, por que un radiante letrero anunciaba, casi a su salida, esta máxima o parecida: "La limpieza es signo de cultura". O de educación o de Civismo.
Coherencia total. Es decir, alguien que vende limpieza ha de empezar por serlo. Esto que parece tan propio, tan natural, no es común.
Observen la cantidad de furgonetas industriales, rotuladas, esparcidas por la ciudad, incluso de limpieza, sucias. Y eso que son la tarjeta de presentación del negocio. El escaparate movible de la Empresa. También las encontrarán con un foco desportillado, con cinta de embalaje aguantado un retrovisor colgandero o tapando, con un modesto cartón, un ya viejo agujero.
Las hay de alimentación que no se han lavado nunca, y piensas, si son tas descuidados exteriormente, no se que harán con la comida cuando no los vemos.
Y luego están los letreros de ciertos negocios en activo, que solo conservan una o dos letras del enunciado original y sirven de acertijo a los niños para adivinar en que actividad reparten su suciedad.
Carta del Redactor / A cerca de la publicité televisiva
Los Fantásticos - La televisión
Hubo un tiempo en que la publicidad televisiva era, sino bien recibida, al menos admitida, soportada, y recuerdo a mis hijos en edad infantil, disputarse el mérito de acertar, entre risas, el nombre del producto o la firma anunciante del siguiente anuncio en orden de emisión. Hasta aquí todo normal.
Ahora porque todo ha cambiado, ya no hay paciencia para nada, todo nos molesta, estamos cabreados o una mezcla de todo ello, los comerciales se hacen insufribles de tal modo que en determinadas plataformas una cuota o subscripción te exime de padecerlos, lo cual demuestra, a todas luces, sus efectos nocivos o perniciosos.
Unas campañas demasiado repetitivas anunciando hasta siete marcas de coches diferentes seguidas, o un mundo idílico dominado por cerveceros, alternados con unos mensajes protagonizados por exclusivamente guapos / as, poco creibles, alejados de los consumidores reales, hacen que ese tiempo de espera de algo que nos interesa, ya de por si molesto, como decía Fellini, no se puede interrumpir una emoción, se haga insoportable.
Existe el paliativo de comunicarte el regreso con la continuación de tu programa favorito en determinados equis minutos y yo me pregunto, llegado a este punto, señores anunciantes, son conscientes de que a este paso la inutilidad de su esfuerzo económico.
En mi caso, me protejo como puedo, con la tecla mute, la más utilizada de mi mando a distancia, y los dejo pasar sin volumen lo cual suaviza y facilita, en mucho, su ingesta. Aprendido el camino, he hecho extensivo esta sistema a toda la programación en antena y la sigo sin voz. Solamente la activo, en determinados pasajes, si detecto algo realmente interesante.
Carta del Redactor / Dentoleras
Un alto cargo de no se que Organismo fue destituido o invitado a salir por la puerta trasera al conocerse que visitando una iglesia tuvo que descalzarse y unos "tomates" (agujeros humildes) en sus calcetines le delataron, anunciando urbi et orbi que era una persona descuidada. Vaya instantánea para ganar el premio de foto periodismo. Ésta seguro que no estaba preparada, trucada.
Y es que la gente se cambia la ropa interior no por higiene, no; es por si los atropeyan, no aparecer sobre la camilla del hospital con un huevo colgando.
Esta manera cantinflera de ser y estar me lleva a confesar que sigo, aún sin pretenderlo, un ranking de la gente pública que luce un estado de conservación de boca más lamentable. Tengo fichado a un sindilalista y a un presentador regional que reñidamente se disputan el primer premio. Pues en general, el personal de a pie, prefiere arreglarse la cocina y el baño, antes de acudir a un dentista.
Presentamos, por tanto, una situación de posguerra crónica y permanente en nuestras bocas.
Y la culpa es de los profesionales del sector, que en lugar de adornar sus higienicas salas de espera con calendarios de macizas camioneras en camiseta mojada transparente o fornidos mecánicos con el aceite cayendoles a pecho descubierto, colocan en sus paredes unos posters anunciando, machaconamente, unas patologias de los dientes, todas acabadas en -itis, que causan pavor.
Ves al vecino del cuarto compungido, cabizbajo, te interesas por su situación y te confiesa es que voy al dentista. U otro, previsor, te cuadra la agenda con "el mes que viene no podrá ser, no cuentes conmigo, tengo dentista".
martes, 29 de octubre de 2024
Carta del Redactor / Ya Me Rezaron Los Credos
Lou Perez - Para La Fiesta Voy
Asistimos en Basilea a la Feria de Joyería, cuando lucir oro era una aspiración generalizada, casi exigencia social, y limitados por el presupuesto tanto como ignorantes de la rigurosidad del clima, aparcamos el coche a la intemperie y decididos a regresar a primera hora, para que cundiera el día, intentamos encenderlo con la determinación y la insistencia que sólo unos desplazados son capaces de derrochar.
En estas, en pleno proceso de activar el Ritmo (Seat), sobre las 9 horas de la una gélida y gris mañana suiza, como solo se conceden en la Zona, una señora paseando el perrito nos increpó y recriminó, desde su cultura evolucionada, aquel ruido infernal y la estampa de bárbaros por el trasiego generado en pos de nuestra partida.
Recordaba este lejano incidente a propósito de la instaurada costumbre de celebrar verbenas, donde la Festividad es un salvoconducto para todo tipo de vulgaridades y excesos.Alentado por los logros conseguidos en materia taurina y de restricciones en el hábito de fumar, impensables hace pocos años, y una conciencia mayor de respeto hacia el Planeta y sus moradores, imagino un prometedor futuro donde esa tradición de encasquetar la fiesta, aun en contra de tu voluntad, por decreto, sea examinada y hasta expuesta a referéndum.No me imagino a "nuestra" cascarrabias vecina suiza, que como Alfred de Vigny, opinaría que "Seul Le Silence Es Grand, Tout Le Reste Es Faiblesse", padeciendo estas noches de jarana, petardos y descontrol.
domingo, 23 de junio de 2024
Las personas que no aman a la gente (8)
domingo, 3 de marzo de 2024
No hay siete malo y si, camino sin retorno (7)
El realismo mágico que no cesa (6)
Y se le figuraba este fénómeno harto complicado de explicar, como lo era achacar exactamente a que debiera ese calificativo, su literaruta preferida. Se diría que realismo quede justificado por la crudeza de los hechos narrados propios de la sociedad a la que retratan. Pueblos en tránsito, gentes de enonomías emergentes, en permanente expansión pero como en un bucle, siguen ahí, rehenes de su condición, lastrados por sus limitaciones. Personajes sanotes, más primitivos, menos evolucionados a diferencia de la literatura escandinava donde sufren similares penalidades, pero en un entorno exclusivo, más lujoso y sofisticado.
Por decirlo graficamente y con un ejemplo que entienda todo el mundo, en el boom sudamericano un personaje puede estar aquejado de golondrinos mientras que uno de Estocolmo, no.
Martín Martin, a tocateja, y Tin Tin Por Tin Tin, sin pelos en la lengua (5)
Aunque todo el mundo escondía su decepción y fracaso, la gente se mostraba feliz de puertas para afuera. En su interior, soportoban un hondo pesar, de tal manera que alguien pudiera haber afirmado que una fuerza superior los hubiera aparejado, en un caprichoso juego macabro, con el compañero / ra equivocado / a. Pero no era verdad, eran herméticos, incomprensibles, porque los varones rudos y velludos, en su mayoría, eran inexpertos en sexo y bricolage, y las féminas, habían sido educadas en la abstinencia, y, además, se concedían, como es lógico y natural, sin libro de instrucciones.
Por un momento, resumiendo, pensó: el problema es que se jodía poco, y, mal repartido, siempre lo hacían los mismos. Unos pocos, por eso.
El sistema parecía nutrirse de insastifacción y mala leche y se retro alimentara, persiguíendo el innoble objetivo de amargar la vida a la gente. Para conseguir su próposito utilizaba todos los canales a su alcance, siendo los más visibles: negar el sexo, declarandole la guerra, e ignorar / machacar al deporte.
De tal modo que los logros deportivos conseguidos, eran clasificados como hitos históricos pues se asumian pese al regimen, con toda la resistencia negativa del gobierno, y sus ganadores, en disciplinas de un solo participante, esquí, tenis, lo eran mucho más, por partida doble, pues tenian que vencer dos veces.
En cuanto al sexo, su no reconocimeinto más allá de la procreación, desembocó en un absentismo sexual, colocandonos a la cola de los paises de nuestro entorno y si se hubiera celebrado un campeonato o un test de rendimiento o efectividad, hubieramos acabado, muy merecida y ampliamente, en último lugar.
Para consumar estos fines, existía la figura del represor, y, rápidamente se demostró que el pais era proclive y muy eficiente en la especialidad del censor. Se cosechaban a millares, como setas por aquel tiempo, y de una calidad y durabilidad extraordinaria. Eran personas amargadas, reprimidas, que, encantados de haberse colocado, jugaban a ser Dios. Fumadores con dedos ennegrecidos y aspecto enfermizo, pero muy duchos a la hora de cortar secuencias en las peliculas de la época, o, prohibir cualquier tipo de publicación picante o atrevida.
Era tanto su afán en cuidar la integridad y decoro de sus compatriotas, que, en un exceso de celo, mutilando escenas a troche y moche, conseguían el inesperado resultado de alterar la trama, de tal modo, que, por tapar un adulterio, a veces convertían el desarrollo de la historia en un incesto. Y sin pestañear, se quedaban tan panchos.
Hay que decir que se venía de ganar una guerra. Y tu no te montas semejante jaleo para acabar gestionando la victoria como desearía tu adversario. Se gobernaba, abiertamente, sin complejos, con un par, en contra de la gente. O siendo más suaves, el personal era lo de menos. En aras de no se sabe muy bien que principios se ejercía el mando, con otros fines, con otros intereses.
El ser humano era una herramienta, una diana mobil donde abocar el desprecio y el resentimiento y estaba tan devaluado, que ya hubieran querido tener los derechos y la vida que disfrutan los animales de hoy. Las personas rivalizaban en sus vidas con los perros de entonces.
Artemio López-Reverse (Derechos Embargados)
Ojo de Tigre y otras Ágatas Ortiz de la Cosa (4)
Neófito en la escritura y consumidor de literatura de oidas, este hecho le había trastocado, transformado, sintiendo la imperiosa necesidad de "explicotearse" que era, según él, un grado más alto, una manera más directa y contundente, de explicarse. Y lo hacía, apremiado, mediante estas cuartillas que trataría de salvar, en esa encrucijada cuyo incierto final estaba por resolverse.
Un piropo si, un simple y triste piropo era todo el motivo de sus males. Una lisonja que además llevaba el ingrediente biblico del pan, que, solo por su indespensabilidad, debería ya constituir un atenuante, y, ser, suficientemente disuasorio para no querer buscar más pies al gato: ¡ estás para mojar pan ¡ exactamente, recordó.
Y alegó en su favor, que hombres como él, amantes entusiastas del sexo contrario, deberían estar protejidos, sino subvecionados, por los organismos gubernamentales pertinentes como se salva a las ballenas, o a los osos de cualquier latitud y pelaje.
Argumentó en su defensa la no voluntariedad de su condición. Es decir, no había premeditación ni por supuesto alevosía en su necesidad de relacionarse con el sexo femenino, lo cual le resultara recomendable, propio y hasta conveniente. En una palabra, el no tenía culpa de pertenecer, quizás por haberse criado con pecho materno, del denostado gremio al que "le gustaba una escoba con faldas".